Eterna Oscuridad Cap 6
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Eterna Oscuridad Cap 6
VI
Aquellos que no están preparados para recibir noticias que no están dispuestos (y no son capaces) de asimilar deberían de morir…
La mañana del martes los estudiantes de la Preparatoria dieciséis avanzaban con la calma y tranquilidad de quien no quiere llegar a su escuela.
Los alumnos del salón ciento uno estaban como cualquier otro día (que no fuera viernes o lunes) pensando que las horribles cosas sólo ocurrían dos días a la semana, los demás estaban a salvo.
O eso creían.
La tardanza de varios de sus compañeros no provocó grandes especulaciones o nerviosismos ya que era común en que llegaran tarde (o que no llegaran) pero no era nada fuera de lo normal.
Ricardo llegó.
Ricardo: Ustedes… ustedes saben algo sobre Beto o Jessica?
Machuca: No me digas… que a ellos también
Ricardo: No, bueno no lo sé
Pago: …
Mariz…
Machuca: Es cierto pago, no le copies
Pilar: ¿Entonces?
Ricardo: Es que ayer a eso de las dos de la mañana la mamá de Beto habló a mi casa… preguntando por él… media hora después recibí una de la madre de Jessica
Mariano: Mierda…
Viri: Jajajajahjahjahajhajahja
Todos: Cállate!
Madison: Tal vez se fueron de zorras… jejeje
Ricardo: Simon, yo pensé eso pero nembree ni invitan
Cuando el maestro llegó les pidió que escucharan a las personas que habían venido para hablar un momento con ellos.
Mamá de Jessica: Hola, soy la madre de Jessica… Vengo por que… ella ayer salió y… no regresó, si alguno de ustedes saben dónde se encuentra por favor si alguien sabe dígamelo… es horrible todo esto…
Rompió en llanto.
Mamá de Beto: Yo soy la mamá de Beto y… la situación es la misma, creemos que ambos se escaparon por una razón que no comprendemos pero sea cual sea… al menos queremos saber que están bien… y no en algún callejón violados y descuartizados
Causó cierto sobresalto en todos el oír esas palabras.
Juanga: Ya lo oyeron… si alguien sabe algo por favor dígalo.
Anotó el número de teléfono de ambas señoras por si alguien sabía algo.
Naturalmente, nadie sabía nada.
O al menos eso decían.
Cuando era la hora del receso recibieron una visita inesperada.
Vero: Hola Zorras!! =)
Pilar: Hola Zorra!
Vero: Oigan aclárenme algo…
Mariano: Sí, Jessica y Beto desaparecieron, no hay ni rastro de ellos
Machuca: Beto estaba solo en casa y cuando sus padres volvieron él ya no estaba no hay rastro de que se halla llevado algo o de que se halla marchado si quiera…
Ricardo: Jessica dijo que iba con Beto y salió rápidamente de su casa… no volvió y nadie la vio llegar con Beto…
Madison: Y Carla se murió…
Viri: jahajhajHAahjahjahajaAJajhahja
Todos: ¡Cállate!
Pago: Contando a Kate somos diez… éramos dieciocho
Vero: Ah sí y la zorra esa cómo sigue?
Pago: Está mejor y hay policías afuera de su cuarto del hospital, aunque ignoro si puedan hacer algo
Vero: Ah que bien… pero mi duda no es esa… Machuca, Mariano, Pily… ustedes tres estaban un día antes del cumpleaños de Viri…
Mariano: Sí, éramos nosotros pero por favor
Vero: Así que todo se reduce a esto ¿no?
Ricardo: De qué hablas?
Vero: Que ahora lo entiendo todo… bueno no todo, pero si entiendo por que le sucede esto a la Z crew…
Machuca: No, eso no tiene nada que ver
Mariano: ¡Fue por lo de Eugenia! Es buba, el profe, su hermana… pero esto es por aquello. No tiene nada que ver con la directora, estoy seguro
Vero: ¡Yo no lo creo así!
Pago: ¡¿Ustedes?! ¿Qué hicieron maldita sea?
Vero: ¡Lo sabía! Ellos ni siquiera lo saben ¿Por qué mantenerlo oculto si no tiene nada que ver?
Pilar: Fue algo muy horrible… ahora lo sabemos pero…
Madison: ¿Qué sucedió? Han muerto muchas personas… si… si saben algo que nosotros no díganlo
Mariano: No tiene sentido, no se relaciona con nada de esto
Machuca: Ya, les diremos… Sucedió un veintidós de enero…
Inicio del Flashback
Después de que ella los convenciera se decidieron a ir a la casa de la Directora, después de todo lo que había hecho era hora de que alguien le diera una lección, dicha lección era algo de lo más infantil pero que en esos momentos había parecido buena idea.
Un susto pequeño, no pasará a mayores.
Eso habían pensado.
Iban a lanzar un cohete hacía el interior de la casa de la amargada mujer, de esos cohetes que no producen más que algunas luches y un poco de humo, eso sería suficiente para asustarla mientras no se lo esperaba.
Mariano: ¡Rápido puta!
Machuca: Eso intento, pero esto no me agrada para nada
Pilar: Ay ni que la fuéramos a matar o algo así
Directora: ¿Quién anda ahí?
Ellos estaban frente a la casa y escucharon la voz desde dentro, era obvio que los había escuchado y quizá visto
Pilar: emm somos unos gays
Directora: Te mataré seas quien seas
Machuca: Creo que es homofobica XD
Directora: ¡No verás la luz del día nunca más!
Mariano: Es maaalaa… lánzala y vámonos!
Machuca lanzó el cohete y los cuatro comenzaron a correr, escucharon vagamente que alguien los llamaba pero hicieron caso omiso y siguieron adelante esperando en algún momento imaginarse a la Directora gritando al ver las luces.
La explosión sonó tan fuerte que por un momento se quedaron sordos, no supieron que pensar o hacer… así que simplemente siguieron corriendo…
Fin del Flashback
La siguiente clase había comenzado ya pero habían decidido no entrar, tenían cosas más importantes en mente.
Pago: ¿Ustedes le hicieron eso a la directora?
«Eso» era un desfiguramiento de la cara, la cual estaba completamente vendada salvó un ojo el cual estaba siempre cubierto con unos lentes oscuros.
Mariano: No, eso creímos ese día después de la explosión, pero a los dos días cuando salió una entrevista en el periódico confirmamos que no era así. Al parecer hubo una fuga de gas en su casa y ella sin darse cuenta encendió un cerillo desatando la furia del fuego.
Madison: ¿Mencionó algo de tres estudiantes merodeando su casa?
Ma…
Mariano: Cierto, cuatro… no, no lo mencionó
Ricardo: Eso significa…
Vero: Sí, después de enterarme de que la Directora vivía ahí me costó mucho, pero al fin lo entendí. Ella dijo que el incendio había sido debido a su torpeza ya que si hubiera dicho que lo habían ocasionado algunos de sus estudiantes probablemente la policía hubiera tomado cartas en el asunto… Pero ella no quería eso… quería vengarse a su manera. No le fue difícil descubrir quienes eran los que habían ido a su casa, tampoco le fue difícil descubrir con quienes se juntaban…
Madison: ¿Qué? ¿Cómo?
Vero: Por la puta de Flor, ella chateaba con el profe Juanga ella le contó de la Z crew y de todos nosotros, y además de ser primo de la Directora, él, por alguna estúpida razón, quería a Eugenia.
Machuca: Pe-pe…
Vero: Siendo la Directora no le cuesta trabajo mandar a hacer una junta mientras ella se escabulle y mata al siguiente
Mariano quería alegar algo, pero la deducción de Vero se le hacía casi perfecta como en un rompecabezas.
Pilar: ¿Y por qué demonios no nos mata a nosotros de una vez? ¿Eh?
Vero: Quizá los quiere dejar para el final…
Mariano: Pero ella… cuando nos habló nos dijo “te mataré seas quien seas”
Vero: ¿Eso que demuestra?
Mariano: Que no sabía de nosotros
Vero: ¿Te parece? ¿Qué tal si le pregunto?
Machuca: Vero, no. Podría ser peligroso… Creo que tienes razón… no debimos dejar que nos convencieran
Ricardo: ¿Quién los convenció?
Pilar: Ella… o.o ¿Adónde se fue Mariza?
Vero: No me importa lo que sea que los halla convencido… ustedes ocasionaron todo esto y es justo que ustedes lo paguen… no intenten buscarme después de ir con ella a decirle toda la verdad, me desapareceré de sus vidas
Ricardo: Vero no exageres
Vero: No mono, ya tuve suficiente de la Z crew!
Vero se fue sin mirar atrás hasta la dirección donde el final de todo la esperaba.
Los demás decidieron entrar a su salón evitando el contacto directo con esos tres. No pudieron hacer otra cosa más que sentarse a esperar a que ocurriera cualquier cosa. Ellos tres sabían lo que podía suceden en cualquier momento, pero ellos habían hecho algo malo y sabían que merecían un castigo, el cual estaba no muy lejos de cumplirse…
Lentamente abrió sus ojos para comprobar que no veía nada, por un momento creyó que estaba muerta y aunque nunca se había muerto creía que así no era como sería la muerte. Trató de llevarse las manos a la cara para despojarse de lo que le impedía ver pero estas se hallaban atadas con sogas con nudos muy resistentes, o al menos lo suficientemente resistentes para que ella no pudiera deshacerlos. Trató de incorporarse con dificultad y se dio cuenta que sus pies se hallaban en la misma situación que sus manos. También se percató que tenía la boca amordazada por lo que lanzar un grito no le habría servido de mucho. Intentó moverse como fuera y sólo podía sentir el frío del piso hasta que sintió el calor que produce el cuerpo de un ser humano. No pudo evitar asustarse pero al sentir que la otra persona se movía como ella dedujo que se hallaba en su misma situación.
Escuchó una puerta abrirse y pudo sentir una breve brisa colarse por la puerta hacía dentro de donde fuera que se encontrara ella y «Bulto-Al-Lado».
—Lo siento chicos, no me gusta tenerlos aquí pero es necesario, después de aclamar tanta protección ahora la tienen ¿No? —dijo la voz de un hombre que Jessica creyó conocer, pero a la cual no pudo asignarle un rostro. Concluyo que «Bulto-Al-Lado» era alguno de sus amigos aunque ignoraba quién pudiera ser o si había alguien más junto a ellos. —Estoy poniendo mucho en juego ¿Saben? Pero por ahora eso no importa. En fin, les quitare sus ataduras de las manos y en cuanto yo salga pueden quitarse el resto y ponerse cómodos.
Jessica sintió el frío de la navaja que rebanaba sus ataduras y las de su compañero pero ignoraba cómo podía «ponerse cómoda» en una situación así.
Escuchó el portazo de la puerta y se quito sus demás ataduras, primero la venda de los ojos, después dejó libre su boca y finalmente se desató los pies. Giró en dirección de su acompañante y no pudo evitar que las lágrimas se derramaran a borbotones.
Jessica: ¡Beto! Estás bien
Beto: Si a esto le llamas bien, sí, estoy bien. ¿Sabes dónde estamos?
Jessica: Ni puta idea, dime qué pasó ¿Cómo llegaste aquí?
Beto: Pues estaba en mi casa haciendo tarea, alguien llamó a la puerta de mi casa, salí a ver quién era y eran varios hombres que parecían policías… ahora me doy cuenta que no lo eran. No recuerdo nada más, supongo que fueron ellos los que me trajeron aquí. ¿Y tú?
Jessica: Yo fui a tu casa y me encontré con (me imagino) los mismos policías, me dijeron que estabas bien, que me llevarían contigo… y aquí estoy.
Beto: Bueno… no te mintieron.
A Jessica le alegró que a su amigo aun le quedara un poco de sentido del humor mientras veía el lugar donde, se suponía, debía ponerse cómoda. Había poca luz, pero la necesaria para no estar a oscuras, el lugar era pequeño pero con el suficiente espacio para más de dos personas, había un par de sillones y varias sillas, se preguntaba si iban a tener más «invitados» y deseó que no fuera así.
Machuca estaba con la cabeza sobre la paleta de su pupitre, estaba nervioso y se delataba con el movimiento que hacían sus pies al golpear el suelo, Paco que estaba a su lado ni siquiera volteaba a verlo. Mariano golpeaba su banco con un lápiz que resonaba en todo el salón lo que provocó varios regaños del profesor en turno, Madison estaba sentada detrás de él pero no lo miraba. Pilar cambiaba de posición constantemente, Ricardo quien estaba un banco atrás del de ella desviaba su vista a cualquier otro lado.
Viri se reía a carcajadas silenciosas. A Mariza nadie la había visto por ningún lado.
La clase seguía pero ninguno de ellos prestaba atención. Estaban esperando que sucediera lo inesperado…
Verónica Molina se sentía orgullosa por sus deducciones, no muy a menudo solía ponerse a pensar en un tema tan serio y encontrar un solución que cubriera casi todos los huecos en un misterio que otros habían fallado en resolver.
Casi todos.
No pudo evitar pensar en eso mientras estaba sentada esperando a que la Directora terminara su «reunión muy importante». Era un pequeño martilleo que sonaba en su cabeza indicándole que faltaba un «hueco por llenar», pero no era eso lo que la atormentaba sino el hecho de que no sabía cuál era ese hueco. Había una pieza que le faltaba en el rompecabezas, quizá la tenía en la mano pero no sabía dónde acomodarla, el rompecabezas parecía terminado pero sabía que aun no lo estaba, no del todo.
De cualquier modo estaba contenta por haber resuelto todo eso ella sola y ahora estaba a punto de terminar con lo que llevaba semanas atormentando a sus compañeros y a ella misma. Todo terminaría, llegaría a un acuerdo razonable con la Directora, sus otrora tres amigos recibirían lo que ellos mismos habían buscado y los demás (incluyéndola) al fin podrían relajarse y dejar que sus destrozadas vivas siguieran otro rumbo y pudieran reiniciarse y seguir tratando de superar esa fase horrible en sus vidas.
Casi todos.
No podía quitarse de la cabeza eso que le faltaba, esa pieza que no encajaba, eso que ignoraba, esa pequeña y escurridiza parte de la historia que no podía ser contada…
Vero: Ya terminó su juntucha?
Secretaria: Aun no, espere por favor, yo le avisaré.
Vas directo a la boca del lobo… ¿Ellos lo saben?
Jessica lanzó un grito, fue como si de repente hubiera aparecido un fantasma frente a ella escupiéndole un ¡Bu! Pero sólo había sido la sensación de que algo malo… no, algo terrible había sucedido o estaba por suceder.
En ese instante vio a Vero amenazada por perros rottweiler, parecían hambrientos y con ganas de comer cualquier cosa que encontraran comestible en su camino y en su camino estaba Vero. Ella caminó con cautela hacía atrás, lentamente, midiendo cada paso, una piedra se hallaba en su camino que no pudo ver y cayó al suelo.
Los perros se abalanzaron hacia ella mordiendo y arrancando cuanto podían. Vero gritaba de dolor mientras veía los perros mascar con gran alegría satisfaciendo su hambre. Pudo ver a uno mascando disgustado sus rasgadas ropas. Otro corría con una mano que no quería que nadie le quitara. Uno devoraba uno de sus pechos. Otro se le lanzó a la cara arrancándole los ojos.
Podía ver a través de los ojos arrancados y cuando creyó que no podía ver nada más horrible que eso supo que se equivocaba totalmente…
Lo saben.
Las manecillas del reloj corrían con lentitud, los segundos corrían al ritmo de las horas, y las horas corrían a una lentitud inimaginable.
En cualquier momento…
El maestro se retiró habiendo pasado cinco minutos más de su habitual hora de salida.
En cualquier momento…
La puerta del salón se abrió con lentitud (nunca con una lentitud similar).
En cualquier momento…
Era el maestro de la siguiente hora que pasaba para dar comienzo a su clase.
En cualquier momento…
Una joven estudiante entró buscando a alguien. Pero no eran ellos.
En cualquier momento…
Fue cuando comprendieron que quizá ese «cualquier momento» no llegaría o por lo menos no ahora.
Vero: ¿Ya puedo pasar?
Secretaria: Señorita ya le he dicho que no, hay gente que si tiene cosas que hacer
Vero: ¿Qué trata de insinuar?
Secretaria: Nada, es solo que…
Vero: ¡A la mierda! Voy le guste o no.
Esquivando a la mujer que cuidaba la entrada a la Directora entró empujando la puerta, la cual fue abierta desde dentro provocando que terminara en el suelo boca abajo.
Casi todos…
Directora: No se preocupe, está bien.
La Directora le había dicho eso a su secretaria quien se había levantado y seguido a Vero. La voz de la Directora se le hacía muy desagradable a Vero.
Casi todos…
Directora: Ya puede retirarse, maestra. Y cierre la puerta por favor.
La maestra con la que la Directora había estado todo ese rato, salió e hizo caso a la orden de cerrar la puerta, dejando a Vero tendida en el suelo.
Casi todos…
Vero levantó la vista hacía el escritorio donde, detrás de este, estaba la Directora sentada. Y justo cuando vio las vendas cubriendo gran parte de la cara de la mujer y el ojo chamuscado que estaba descubierto, la pieza que faltaba… encajó.
El ojo achicharrado, quemado, le dio la solución a todo.
Vero: L-lo sabía… Tú… con todo respeto ¡PINCHE PUTA! No, no cuál pinche respeto. Eres una desgraciada maldita zorra barata cualquiera. ¡Madison!
Directora: No te permito que me hables así
Vero: Me vas a permitir lo que yo quiera perra. Sé que tú mataste a todos mis amigos y que secuestraste a Beto y Jessica si no es que están muertos ya.
Directora: En verdad, no sé de lo qué hablas.
Vero: Mariano, Machuca y Pilar… ¿Conoces esos nombres verdad? Ellos te convirtieron en lo que eres ¿O no? El cuentito de “yo queme mi casa por accidente” fue pura mierda y lo sabes
Directora: Tú ibas a ser la última ¿Sabes?
Vero: ¿Lo estás confesando? ¿Tú lo hiciste verdad? Directora de porquería
Directora: Pero si tanto ansías acelerar las cosas he de darte gusto.
La Directora se levantó de su asiento, en otras circunstancias Vero se hubiera reído. Pero estás no eran otras circunstancias. Vero seguía en el suelo con la mirada atónita hacía la mujer que se erguía lentamente frente a ella.
Sacó algo de su cajón, se acercó a Vero quien lo único que pudo hacer fue lanzar un grito.
La Directora debajo de las vendas parecía muy divertida. Levantó el revólver de su mano, lo puso en la sien izquierda de Vero. Lanzó una risa de loca. Y disparó.
Última edición por Gaara el Vie 29 Ene - 22:01, editado 1 vez
Re: Eterna Oscuridad Cap 6
D: a la madre
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